TÚ ERES MI CIELO

 12/02/09

Es un día de calor y mi mano suda más cuando está cerca a la de ella, la miro y me sonríe, sus ojos brillan y los colores de la discoteca la hacen lucir como un resplandor del cielo, la amo, no sé cómo explicarlo, tal vez ni siquiera sé lo que significa pero lo siento, sé que la amo porque su presencia me ahoga, me deja sin palabras y sin ideas, dicen que a un bandolero solo le sale la poesía cuando esta borracho, y ahora estoy muy borracho, y ella también la conocí en esta misma discoteca, en esta misma esquina y en esta misma borrachera...

Recuerdo que yo estaba solo y triste y pensaba en las chicas que había tenido, y en los lugares que había estado, esperaba ese día encontrar una diversión más, alguien con quien pasar la noche, pero nada, solo chiquillas, pero no me rendí, algo me motivaba a quedarme me senté en una banca y de pronto una chica cayó sobre mí, estaba volando en borrachera, y sus ojos estaban perdidos, ni siquiera la invité a bailar, ella me jaló del brazo, de pronto, la nena empezó a moverse a punto de explotar, su cuerpo vibraba y se estremecía, todas las canciones y estilos, era imposible soltarla, sin pesarlo, la besé y ella me correspondió, ese mismo rato en el baño del local tuvimos sexo y sus gritos me hacían suspirar, el intenso calor hacia que sudáramos, su cara se sonrojó hasta el límite y no pude más con el placer, cuatro y media de la madrugada, no nos habíamos dicho palabra alguna, la llevé a mi auto y se quedó dormida, y luego me puse a mirarla un largo rato hasta que me quedé dormido y toda la noche vomitamos y poco a poco el alcohol salía de nuestros cuerpos, estábamos cerca de la playa a las ocho de la mañana avancé el carro hasta la orilla, y ella despertó...

- ¿Quién eres? - preguntó sorprendida.

Le sonreí al ver su rostro y al escuchar su pregunta, se veía tan despistada...

- Es la primera palabra que te escucho decir, te conocí ayer en la disco, la pasamos bien, me llamo Renato - le dije un tanto riéndome.

- No me digas que lo hicimos - dijo cogiéndose la cabeza.

Sonreí mientras miraba sus hermosos ojos, sin dejarle más alternativa que contarme su historia...

- Ayer fue un día de mierda para mí, me dejó mi enamorado, y  se fue con mi hermana, la muy puta se entregaba a él cuándo yo no estaba, pero eso ya es cosa del pasado, mi nombre es Fátima, pero dime Fati si quieres. - dijo ella.

- ¿Qué quieres desayunar? - le pregunté.

- Jódete mierda lo que quiero ahora es dormir -

La lleve a mi casa, se acostó en mi cama y se quedó dormida, era sábado, me di un baño muy frió y por fin pude pensar en lo que estaba pasando, escuché sonar la puerta y salí apresurado del baño, pero ella ya no estaba, fui a revisar y me di cuenta que quizá no debía insistir en eso, ya que había tenido lo que buscaba, ¿Qué más podría pedir?, pero cuando por fin perdí las esperanzas levante la mirada y vi que en el espejo de mi cuarto decía escrito con lápiz labial:

“Nos vemos el viernes”

El viernes llegó y la tengo de la mano y mi mano suda, me dice que me ama, pero que ya no confía en el amor, le digo que la amo y se paraliza y me aprieta la mano, no se mueve, pero luego despierta del sueño, me abraza y camina, veo como se aleja y mi corazón palpita con velocidad por que la veo irse, como si me hiciera falta tenerla cerca, supongo que lo pensará...

Han pasado nueve meses desde ese día, y hoy es viernes y me entra la melancolía por su recuerdo, suena el timbre y sin ganas abro la puerta, despierto de mi sueño de tristeza, otra vez esos ojos que brillan, un vestido rojo resplandece, Fátima, tu eres mi cielo…
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