15/07/08
Es mi oficio, sé que es un desastre, me siento mal por lo
que hago, triste, solo en la calle, ese día vi a una chica triste llorando
sentada en una banca de un parque, me acerqué y me senté a su lado, ella no se
movió, de pronto escuché…
- ¿Por qué?, ¿Por qué? – repetía silenciosamente.
Y su pregunta era incesante, tormentosa y llena de tristeza,
por fin vi una lágrima caer y apretó sus puños con fuerza; yo quedé conmovido y
triste por ella, noté que se percató de mi presencia e hizo un gesto.
- Si te molesto me voy, no hay problema – de dije de inmediato.
Ella levantó la mirada y pude ver sus ojos y me sentí peor,
estaban rojos, al parecer su llanto había sido largo.
- ¿Qué se creen ustedes los hombres?, sin sentimientos, con un corazón con espacio para el odio, ¿cómo pudo dejarme?, ¿Cómo pudo él? – dijo ella acusándome a mí por ser hombre.
- Él no te ama, lo sé porque yo sé que es el desamor, lo he vivido, te respeto, has soportado que tu corazón se parta, yo también soy un sobreviviente, no estoy triste porque se algo, sé que el amor volverá – le dije silenciosamente y con ternura.
Me miró a los ojos y me abrazó y el alma se me salió del
cuerpo, todo a mi alrededor desapareció y solo ella era todo, me contó su vida,
no puedo negar que la amo ahora más que a cualquier otra, su voz es una
esperanza que hace botar lagrimas a mis ojos, y su vida, ella es una chica
universitaria, con una gran vida por delante, con un gran deseo de vivir y se
aferra a esto aún después de todo lo que le ha pasado, es un triste sueño y su
existencia como una triste novela, sobrevive por mi aunque yo sea la noche
oscura que ese día decidió salir de las tinieblas, estoy perturbado de tanta
satisfacción, y por ello decido alejarme
- Sonríele a la vida aun cuando es molesta, porque vida solo hay una y es el momento de vivirla… - le dije como despedida.
La miro y siento tristeza, ya no de ella sino de mí,
continuo solo a pesar de todo, soy una noche con una sola estrella, decido voltear
la mirada para verla otra vez, y para suerte mía veo una sonrisa en su rostro,
ella ha nacido de nuevo, necesitaba de un ángel, o de un demonio oscuro como yo
para salir de esa tristeza, ahora siento a mi cabeza melancólica y con una
resaca de una borrachera psicológica, la amo y me ama, aunque nunca seremos
nada, aunque nunca la vuelva a ver, me voy por el camino y me repito:
¿Quién soy yo para pretender a una chica como ella?
Soy un vago, un triste y despreciable delincuente, un
personaje, un caballero del mal vivir, un pandillero como yo y un ángel como
ella.
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