01/01/10
La nena que yo quiero, la miro y suspiro sin cesar, es mi destello, y la única mujer a la que amaré de verdad, pero se desvanece ahora como el jabón en el agua, la he esperado lo suficiente y gracia a ella he madurado, a hora veo a las mujeres como personas y no como juguetes, les contaré brevemente mi historia:
Era enero, si mi memoria no me falla, sería un día cualquiera si ella no hubiese estado presente, había pasado tiempo desde que no la veía, y hasta donde recuerdo ella siempre me rechazaba, y mientras más me rechazaba más enamorado me sentía de ella, ese día caluroso tenía un vestido amarillo y resplandecía a la luz del sol, toda una chiclayana, una sonrisa envidiada a lo largo y ancho del país, un delicado cuerpo moldeado con curvas de ensueño, ella bajaba las escaleras y me mira como siempre provocativamente, gracias a ella hablo de romance y tengo valor en mis hazañas, me acerco y la saludo:
Susanita, que bella te veo y cada vez que te veo siento que mi corazón se va a salir de mi pecho
Susana dijo
Otra vez tu Vicente, no entiendes, tengo novio y lo que tú me dices no me hace sentir nada.
Yo le dije a Alfonzo mi compañero: la escuchaste Alfonzo, no por pena me dice que me ama.
Susana se sonrojo y volteo la cara a un lado, Alfonzo me dijo al oído:
No te metas con Susanita amigo mío, su novio es policía vas a terminar a baleado o en cana, ¿no entiendes?
Yo le conteste: es que esta nena es prohibida mí hermano, pero mírala, dime si no vale la pena morir por ella, yo por ella doy hasta lo que no tengo.
De pronto en la calle apareció el novio y pego un tiro al aire y dijo a lo lejos: ya te vi Vicente, te voy a partir.
Yo puse mi pistola en mi mano, y camine en dirección al recién llegado, vi que el duelo estaba desatado, de pronto Alfonzo me tomo de la espalda y me jalo, me obligo a correr, cuando estuvimos lejos del lugar dije:
Diego, pendejo de mierda, a mí nadie me dice que me va a partir, yo soy Vicente balazos y quiero a Susana y va a ser mía, no permitiré que ese tal Diego, tombo de mierda, me la quite.
Alfonzo me miró y movió la cabeza negativamente, ese día no pude quedarme tranquilo, ya eran tres años que yo peleaba con Susana y no estaba dispuesto a perderla, reuní a mi banda de delincuentes, todos cobraban cupos a los taxistas de Chiclayo, les convencí de ir y atacar al policía, de pronto llego Alfonzo y detuvo al grupo y me dijo:
Hermano, ¿qué haces?, tengo una idea con la cual no solo tendrás a Susana, sino que además joderas a Diego, vamos, hazme caso, sino lo consigues a mi modo, podrás hacer tu guerra, dame una oportunidad.
Me puse serio, Alfonzo hablaba con sinceridad, y le dije agitadamente:
¿Cuál es tu plan Alfonzo?
Todo el grupo se detuvo, Alfonzo hablo y hablo, sin censura en un abismo de ideas que poco a poco me convencían, me hizo entender que el rechazo era un paso al amor y continúo diciendo cosas, muchas de ellas ya sin sentido, así que le dije:
Está bien dime que debo hacer.
Esa tarde conversamos un largo rato y me hizo entender sus ideas, al día siguiente a las dos de la tarde, me aparecí por la calle y me senté en el muro de la tienda de la esquina, y justo como Alfonzo dijo Susana apareció por allí, yo le dije:
Creí que te esperaría aquí eternamente.
Susana dijo
Otra vez tú, si Diego te ve, te va a matar.
Yo le dije:
Gracias por preocuparte por mí, Susana, te amo, eres lo único importante en mi vida.
Susana dijo:
Yo no me preocupo por ti, vete antes de que te golpee.
Yo le dije:
El golpe tuyo es para mí una caricia del cielo, un dolor que me permite reflexionar sobre tosa las cosas malas que he hecho en la vida.
Susana dijo
Cierra la boca Vicente.
De pronto ocurrió algo que nadie esperaba, Susana salió corriendo de la tienda y un auto a toda velocidad cruzaba la calle y de seguro atropellaría a Susana, rápidamente corrí y me abalance empujando a Susana, quede en medio de la pista pero me alegre de haberla salvado, el vehículo me golpeo y me hizo volar al menos doce metros más allá y luego se dio a la fuga, Susana corrió a verme, y mucha gente se acercó, pero yo soy un pandillero recio, me levante un poco adolorido y me sacudí el polvo, y le dije a Susana:
Dime que estas bien Ángel del cielo.
Susana dijo
Estás loco casi te mata ese carro, yo vine a ver si tú estabas bien.
Yo le dije:
No es mi día en el que debo morir, yo moriré peleando en la calle o moriré de viejo y casado contigo.
Susana dijo:
¿Tanto me amas Vicente?
Yo le dije:
Como no tengas idea.
Susana dijo:
Yo o puedo sentir lo mismo por ti, eres un vago, me gusta pero no puedo ir contigo, no puedo.
Yo baje la cabeza y le dije:
Susana, solo me falta un golpe más y tendré dinero para toda mi vida, cobrare y nos iremos muy lejos de aquí, vivirás como princesa y yo dejare de ser un delincuente por ti.
Ella sonrió y se alejó de mí sin decir nada, yo volví a mi guarida y le dije a mi amigo Alfonzo:
Las cosas salieron mejor de lo que pensé, un carro me atropello y yo la salve y ahora por primera vez sentí que ella me correspondía
Ese mismo día salió Susana con su enamorado Diego, e iban por la calle de pronto un grupo de pandilleros los asaltaron y Diego no tuvo tiempo de hacer nada, uno de los pandilleros dijo:
Esta hembrita esta buenaza, que te parece va a pasar por todos nosotros.
Diego dijo:
Está bien pero no me hagan daño.
Susana vio la cobardía de Diego y dijo:
Estúpidos imbéciles, yo soy la hembrita de Vicente balazos, y cuando se entere los va a partir a pedazos.
Los pandilleros se detuvieron y cambiaron su sonrisa por una cara de miedo, uno de ellos tomo el teléfono y llamo y dijo:
¿Cómo te llamas chibola?
Susana dijo:
Me llamo Susana.
El pandillero me llamo y me dijo:
Habla pe Vicente, aquí hay una jerma que dice que es tu hembrita, se llama Susana, ¿es cierto?
De inmediato le dije que sí y que no le hagan el menor daño.
El pandillero se sorprendió ante mi respuesta y colgó, de inmediato según me dijo luego Susana el trato con amabilidad y no paro de pedirle disculpas, y luego le dijo refiriéndose a Diego:
Que hago con esta patita
Susana dijo
Háganle lo que quieran.
Y camino el resto de las calles a su casa sin ningún temor, se encerró en su cuarto y lloro un rato por la situación por la que paso y por un momento se dio cuenta de que yo era quien debía acompañarla por el resto de su vida, a la mañana siguiente llegue como de costumbre, ella salió y me abrazo y me beso, yo sorprendido hasta los tuétanos le dije:
¿A qué se debe este cambio?
Susana dijo:
A que tú me amas con todo el corazón y con todo tu ser, y que darías todo por mí, ya no me importa quién eres ahora sé que tú eres el amor de mi vida.
Quien diría que ese pandillero cruel y sin escrúpulos para robar, terminaría llorando ese día, de Diego no se volvió a saber más, y tal como dijo Vicente consiguió su último gran robo y junto con Susana desaparecieron del hampa, ahora según dicen Vicente es un empresario próspero y fue esa la última vez que se dedicó al pandillaje.
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