01/08/11
Soy alpinista, no conozco otra ocupación, después de muchos años, he superado los retos más grandiosos, las montañas más elevadas del mundo, y ahora en este país Perú iré a conocer el Huascarán, quiero escalar hasta su cima y poner en él la bandera de mi patria holandesa, sin embargo, a mis veintiséis años de edad y a mis ocho años de experiencia, siempre me viene a la mente esa maravilla del mundo que es la cordillera de los Alpes suizos que fueron la primera montaña que escale, y que luego se convirtió en mi pasión de toda la vida, aquí en el Perú, la mayoría de los que viven en las ciudades son desordenados, no parecen tener mucha cultura y desconocen al mundo, es raro, pero contagia, como si aquí estuviera en otro universo hasta de modo irracional, cuando viajé a la montaña de este país, encontré mucho más conformismo, es como si tuvieran a su alrededor todo por explotar y sin embargo aceptan felices la vida que tienen sin quejarse, eso me parece inhumano, me parece diferente a la tradición europea, en la que nuestros recursos juegan un papel definitivo en nuestras vidas, pero ya no quiero pensar en eso, me preocupa, pero no es a eso a lo que vine aquí, estoy hospedado en un local muy rudimentario, y nada se compara con esto, no hay transporte, es como si la civilización estuviera extinta, desde que llegue aquí me he puesto a pensar en mi vida, mi familia es muy adinerada y no tengo la necesidad de trabajar, sin embargo pienso estudiar geología, pero he decidido esperar aunque eso les ha causado molestia a mis padres, también he pasado mi vida con muchas mujeres, a cada lugar del mundo a la que he ido, pero ahora creo que he perdido mucho tiempo, ya he pensado demasiado por hoy y debo dormir, mañana por la mañana saldré a escalar, y espero que no haya ninguna complicación.
Al día siguiente despierto, la temperatura es bastante fría, algo que no me esperaba, y la altura dificulta mucho la respiración, mi grupo de alpinismo se ha reunido, es momento de partir, en unos minutos y ya escalando la montaña cada paso se convierte en una experiencia maravillosa, solo faltan quinientos metros para la cima, pero la montaña esta inclinada, y muchos se han quedado en el camino, yo no me dejare vencer, de pronto miro hacia un lado del camino y una mujer aparece unos veinte o treinta metros frente a mí, es preciosa y esta vestida de una extraña manera, al parecer la altura no le afecta, tiene un traje muy rudimentario, que no cubre la mayoría de su cuerpo, tiene enormes aretes en sus orejas muy brillantes, al parecer son de oro, incluso algunos de los adornos que cuelgan de su traje son de este material precioso, ella me está llamando y he decidido seguirla, doy unos pasos y de pronto descubro que estoy en la cima de la montaña, y no hay ninguno de mis amigos cerca de mí, es raro, llegue tan rápido, y al frente mío ella camina frente al sol y se desvanece su figura en ese momento todo cambia, empiezo a sentir que los oídos me suenan, me falta el aire, el brillante sol es ahora una nube de vientos helados a mi alrededor, el frio me tumba al suelo, y escucho voces muy extrañas que no entiendo y que no son ningún idioma que yo conozca, eso me preocupa, estando en el suelo me siento débil, como deseara deliberadamente morir, como si deseara que ella me lleve a donde el sol la lleva a ella, no he sentido esta sensación jamás, pero va en contra de lo que siempre he sentido, de todo lo que he luchado, y por esa razón no entiendo por qué no puedo levantarme, pronto la oscuridad se empieza a hacer presente a mi alrededor, y siento a la vez que la muerte es la única salida, que venga, no luchare ni un segundo, y así, unos minutos después pierdo el conocimiento con una gran sonrisa en el rostro…
Empiezo a sentir una luz poderosa en mi rostro, es el sol, no entiendo cómo pasó esto, pero es maravilloso, no sé si estoy muerto o vivo, la luz es tan fuerte que ciega mi visión, luego de un rato distingo un rostro que me mira sonriendo, escucho su vos que dice alegremente:
¡Le encontré!, ¡le encontré!, ¡está vivo!
Yo me trato de incorporar, y ella dijo:
Espera un poco, pasaste la noche aquí, tus amigos tuvieron que bajar por que el clima se puso terrible, sin embargo tú has llegado a la cima y pasaste la noche, y aun así vives, el APU de esta montaña te ha cuidado, eres un hombre de buenos pensamientos, que no ansia tomar nada de otros sino ayudar a muchos.
La miro, y mi sorpresa es más grande al ver que es aquella muchacha que me llevo hasta esta cima en la que aparentemente casi muero, ella no deja de sonreír, me pongo de pie y de digo
Así que, ¿tú eras la mujer de este cerro?
Ella me mira con rareza, y me dijo
Me gustaría conversar contigo, pero antes bajemos hasta donde está el helicóptero para volver al pueblo
No le contesto solo la sigo, es raro, realmente es ella pero ahora no tiene el traje con el cual la conocí, esta diferente, esta vestida con el traje de alpinista que cualquiera usa si quiere sobrevivir en la nieve, la altura y el frio, bajo con ella, y somos trasladados al pueblo, en el hospital me revisan y se sorprenden de que no tengo absolutamente nada, nadie según dicen pasa la noche en la cima y vive para contarlo, incluso yo estoy sorprendido, no tanto de haber sobrevivido, sino de haberla conocido, sé que es ella, no lo dudo, luego mis amigos me van a ver al hospital por que los médicos decidieron que me quede bajo observación, por la noche me dan de alta y pregunto por la rescatista que me salvo, al parecer, todo el pueblo la conoce, y he decidido visitarla; ahora luego de caminar un rato estoy frente a su casa y toco su puerta, ella me abre y me dijo en mi idioma holandés:
Te he estado esperando
Yo maravillado le dije
Lo que pasa es que no me dejaban salir del hospital, mi nombre es Jan Escher y soy de nacionalidad holandesa
Ella me miro y me dijo
Pasa, mi nombre es Jacqueline mi padre también es de nacionalidad holandesa, era un hombre luchador, y viajero, sin embargo encontró aquí la paz que el mundo de afuera no le daba, y se quedó para siempre, me dijo antes de morir, que yo me casaría con un holandés como él y ese holandés eres tú, lo supe por la forma como me miraste esta mañana cuando te encontré en la nieve.
Me quede pasmado, era como si el destino estuviera frente a mí y al igual que ese día, no estaba dispuesto a contradecirle, le conté mi historia y de las cosas que vi en la montaña, ella parecía creer lo que yo le decía sin ninguna objeción y luego dijo
El Huascarán no es una montaña cualquiera, es mágica, es grandiosa, fue también un lugar de culto para nuestros antepasados incas que gobernaron esta hermosa parte del mundo.
Yo un poco burlándome de ella le dije
Pero si tú eres holandesa, como podrías decir que son tus antepasados
Ella dijo
Mi madre, era una mujer grandiosa, muy trabajadora, descendiente de esta cultura hermosa que los andes vieron crecer y también decaer, pero que jamás cambio, ni en sus costumbres ni en su mitología, como te darás cuenta aquí todo es perfecto, el aire es puro, y nadie puede perjudicar eso.
Asombrado de lo que me dijo le pregunte
¿Qué le paso a tu familia?
Ella bajo la cabeza, y dijo
Mi padre a los cuarenta y cinco años por tratar de salvar a unos turistas cayo al rio y fue arrastrado, yo tenía dieciocho años, fue muy duro para mí, por otro lado, mi madre nunca supero la muerte de mi padre y falleció al año siguiente de una neumonía, ella deseaba morir, y se le cumplió su deseo, creo que desde entonces he trabajado duro por salir adelante, sin olvidarme de aquellos que me necesitan, por eso me hice brigadista de rescate, y he hecho lo que he podido, por eso el pueblo me conoce y tienen fe en mí.
La miraba y no podía creer lo maravillosa que era, me enamore más de ella y la bese, no me importaba nada, encontré mi destino, hasta besarla y tocarla era una bendición del cielo, no podía pensar en nada más que ella, y en un determinado momento reflexioné, ¿será cierto lo que está pasando?, ¿estoy pensando bien esto?, está la cordura que me invade y me ha preocupado, con una extraña sinceridad y mirándola a los ojos le digo
No es suficiente, aun no estoy listo para ti, volveré a Europa, empezare mis estudios y vendré por ti, ¿o prefieres venir conmigo?
Jacqueline sonríe y me dice sin ningún temor que me valla con estas palabras:
Te esperare el tiempo que sea necesario, y cuando vuelvas también estaré lista para ti.
Debo reconocer que mi vida ha sido un rompecabezas pero ella era la pieza que hacía falta para completarla, ahora, yo mismo siento temor de no volver, no quiero irme, no quiero dejarla, me acerco a ella, la abrazo tiernamente, me sincero al máximo con ella, y le digo
No habrá nada ni nadie que me impida volver, pero si no vuelvo por cosas del destino créeme que a ti te he amado como no ame a nadie jamás en mi vida, y si no vuelvo es porque tal vez he muerto.
Termino de decir estas palabras y unas lágrimas caen de mis ojos, ella me aprieta fuerte, horas más tarde estoy en el autobús junto con mi grupo de regreso a la capital de este país y aun la veo a ella a través de mi ventana iluminada por la luz del sol, uno de mis amigos me dice
¿Qué paso Jan estas raro?, ¿tan traumático fue tu accidente?
Volteo la mirada y le digo
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