Francia poseía desde hacía mucho tiempo el puerto de Dakar, al extremo del saliente que forma la costa occidental africana. Dicho puerto le sirvió como base para sus expediciones al interior del continente, utilizando como vía de acceso al mismo el rio Senegal. Así, asumieron completo dominio de la región llamada Dahomey. Los puertos franceses del Senegal, guinea, a la costa de marfil y Dahomey se hallaban separados entre sí por posiciones de otros países. Ello obligo a los franceses a un incansable esfuerzo para unirlos por el interior, partían de sus puestos comerciales avanzados en pequeñas expediciones militares, sin hacer caso de la oposición indígena y delas pretensiones de otros países. Esta arriesgada política colonial provoco choques con los ingleses, los portugueses y los alemanes. En la enrarecida atmosfera política de finales del siglo XIX, es en verdad sorprendente que aquellas acciones no desencadenasen una guerra mundial. En 1900 los franceses ya habían formado un enorme imperio continental que recibió el nombre de África occidental francesa. Como en él se incluía en el desierto de Sahara, su enorme extensión no significaba necesariamente a la posesión de grandes riquezas naturales.
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