Estados Unidos entra en La Primera Guerra Mundial abril de 1917

 

En enero de 1917, el gobierno alemán declaro que hundiría sin advertencia previa a los barcos de cualquier nación que se encontrase navegando en torno a las islas británicas. El presidente Wilson rompió entonces las relaciones diplomáticas con Alemania, retirando al embajador norteamericano en dicho país y expulsando al embajador alemán en estado unido. Luego pidió al gobierno alemán que anulase dicha orden, pero los alemanes se negaron a ello. Convoco entonces una sesión especial del congreso. El 7 de abril de 1917, por abrumadora mayoría, el congreso declaro la guerra a Alemania.

En su calidad de potencia beligerante, lo Estados Unidos se enfrentaron con numerables problemas. Su flota estaba bien pertrechada, podía entrar en la guerra inmediatamente. Pero sus efectivos de tropa eran muy pequeños. Se aceptó sin demora el sistema de aislamiento, pero era muy poco probable que se pudiese formar un gran ejército, suficientemente instruido y equipado, para transportarlo a Europa con la antelación necesaria para evitar la derrota aliada. Por primera vez en la historia de los Estados Unidos, su industria, su agricultura y su red de comunicaciones cooperaron par el mismo fin: ganar una guerra. Esta estrecha cooperación surtió efectos casi milagrosos, cando los alemanes declararon al guerra submarina ilimitada en enero de 1917, pensaron que los Estados Unidos no intervendrían en la guerra. Aunque así fuese, se hallaban convencidos de que sus submarinos rendirían a Inglaterra por hambre antes de que los norteamericanos tuviesen tiempo de formar un ejército y desembarcarlo en Europa. Si la gran Bretaña se rendía, los otros países aliados renunciarían a continuar la guerra. La argumentación del alto mando alemán estuvo a punto de demostrar que era cierta. Las primeras tropas norteamericanas no llegaron a Europa en cantidad apreciable hasta la primavera y verano del año 1918. Entretanto, los aliados se vieron obligados a resistir contra viento y marea.

Hacía mucha falta la inyección de moral que para los aliados significo la entrada de Norteamérica a la guerra. En marzo de 1917, el temido colapso ruso se inició. El gobierno zarista fue derribado. 8 meses después, los bolcheviques se hicieron amos del país y firmaron una paz separada con Alemania. Y lo que es aún peor, hicieron públicos los términos de los tratados secretos que habían firmado las potencias aliadas para dividirse el despojos de la victoria. Esto abrió los ojos a muchos combatientes de los países aliados, que a partir de entonces empuñaron con mayor desgana las armas.