Alemania empezó entonces a buscar refuerzos para compensar la debilidad de Italia en su papel de aliado. No los halló, pero al sacarlos hizo que uno de los temores de Bismarck se hiciese realidad. Reforzó las relaciones existentes entre Inglaterra, Rusia y Francia, a consecuencia de las negociaciones que entabló con Turquía, que le abrieron el acceso al avispero balcánico y el cercano oriente.
Para reforzar a su influencia en aquellas regiones, Alemania de propuso construir un ferrocarril que uniese a Berlín con Constantinopla pasando a través de los Balcanes, para continuar luego hasta Bagdad, siguiendo el rio Tigris. El ferrocarril debía alcanzar el mismísimo golfo pérsico.
Esto puso en alerta a los ingleses y a los rusos. Para los ingleses significó lo siguiente:
Una amenaza para su cordón umbilical mediterráneo que unía a la metrópoli con la india
Una gran competencia para su comercio con el cercano oriente
Para el ruso esto significo lo siguiente
Turquía tendría a partir de entonces un poderoso protector
Las esperanzas rusas de conseguir acceso a Constantinopla y los Dardanelos se esfumaría
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